Miles de países han influenciado en la cultura asiática mediante muebles y detalles occidentales. El exotismo de estos ambientes orientales, unidos a la paz que ofrecen son dos de las claves de este auge en los hogares occidentales. Una de las claves de esa paz que como digo trasmiten los interiores de estilo oriental es la del uso de tonos neutros para crear los ambientes.
Blancos, beiges o marrones claros son los encargados de crear la base principal de color de este estilo. Sobre éstos se dan pinceladas de negro o de otros colores vivos como el rojo o el naranja.
Los materiales propios del estilo oriental por supuesto están muy arraigados en la cultural oriental. Hablamos del uso del bambú, la piedra, la madera de cedro, entre otros.
Como ocurre con el Yin y el Yang, el equilibrio y los elementos que se complementan son fundamentales en la cultura oriental, por ello debemos buscar siempre en la decoración elementos que se contrarresten, como veíamos con los contrastes de materiales o de colores, con el blanco y el negro siendo los verdaderos protagonistas.
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